Escritura de compraventa vs escritura de la hipoteca: cuáles son las diferencias
Una de las dudas que suele surgir en el proceso de compraventa de una casa es si las escrituras de compraventa y las escritura de la hipoteca son lo mismo. Ya te adelantamos que no lo son, y que cada una de ellas tiene sus propias características y funciones.
Si quieres saber qué función tiene cada una de ellas y en qué momento del proceso las vas a necesitas sigue leyendo y te contamos todas las claves.
¿Qué son las escrituras?
Las escrituras son los documentos legales que confirman que se ha llevado a cabo una acción con carácter legal. En este sentido, son iguales a cualquier contrato privado, salvo por una cosa: las escrituras deben estar firmadas (además de por los intervinientes) por un notario.
Según el tipo de acción con validez legal que se realice, será necesario contar con un contrato simple (firmado por las partes que intervienen en el proceso) o con un contrato firmado por un notario. Es decir, escrituras.
Por ejemplo, en la compraventa de un inmueble, es necesario que las escrituras cuenten con la firma del vendedor y del comprador de la casa, así como por el notario. El notario es la persona que da fe pública de que el contrato que se ha firmado se ha hecho acorde a la ley, por lo que es el que realmente da validez legal al documento que se firma.
¿Qué es la escritura de compraventa?
La escritura de compraventa es la que se realiza para dar fe de que se ha realizado una transmisión patrimonial concreta. Es decir, que el inmueble ha pasado de un propietario a otro. O sea, que la vivienda se ha vendido.
Esta escritura se inscribe en el Registro de la Propiedad. Esto permite demostrar que existe el inmueble y se asegura quién es la persona propietaria de dicho inmueble a nivel legal, así como que existe la voluntad por ambas partes (vendedor y comprador) de cumplir lo dispuesto en el contrato (la venta del inmueble).
Además, en las escrituras también se ratifica el estado del inmueble, que debe estar libre de cargas y ocupantes.
¿Qué es la escritura de la hipoteca?
La escritura de la hipoteca es el contrato que firman la entidad bancaria y el cliente, y cuya firma se realiza ante notario. El notario, además de dar fe pública con su firma, también debe explicar las cláusulas de la hipoteca al cliente.
En este contrato figuran las condiciones y las cláusulas a las que han llegado banco y cliente tras la negociación. Estas condiciones y cláusulas son las que determinan, entre otras cosas, el capital que el cliente recibe, los intereses que se pagan, las condiciones de devolución del dinero, así como el inmueble que se utiliza de garantía en caso de impago.
¿Qué se firma primero la hipoteca o la compraventa?
Una vez que queda claro que tanto la escritura de la hipoteca como la escritura de compraventa son documentos y contratos distintos, muchas personas se preguntan cuál es el orden y el proceso para firmarlos. Se debe firmar primero la escritura de compraventa. Esto es así porque, para poder hipotecar una casa, es necesario primero ser propietario de ella.
La principal duda surge al pensar en cómo se va a pagar la compraventa si no se dispone todavía del dinero (que obtenemos mediante la hipoteca). La solución está en la redacción de los contratos y en las cláusulas que estos estipulan.
En el contrato de compraventa se debe dejar constancia de que el pago queda condicionado a la firma de la hipoteca y que, en caso de que no se realice, el contrato perdería su validez legal. Es decir, que si no nos conceden la hipoteca, la compraventa no se haría efectiva.
¿Quién se queda con la escritura de la hipoteca?
Por lo general, la escritura original de la compraventa se la queda el nuevo propietario de la casa, mientras que la escritura de la hipoteca se la queda el banco.
No obstante, esto no significa que el cliente que acaba de firmar una hipoteca no tenga el contrato. Lo que se suele hacer es entregar al cliente una copia simple de las escrituras de la hipoteca que, si bien no es el documento original, sirve para que el cliente pueda consultar y revisar las cláusulas y condiciones del contrato de la hipoteca siempre que sea necesario.
Fuente: Idealista